Máscaras, cuerpos de plástico, senos falsos, caderas de goma, trasero, pelucas y hasta vaginas falsas adornan el cuerpo de los hombres que gustan de disfrazarse de muñecas.
'Rubbers dolls' o 'Muñecas de goma', es el nombre que reciben los hombres, comúnmente heterosexuales, incluso con familia, que gustan de vestirse como muñecas de plástico.
Estos hombres quieren parecer juguetes y viven su vida día a día vestidos de esta manera; para ellos no hay una forma de vestir o comportarse pero sí deben cubrir la mayor parte de su cuerpo con látex para tener la imagen de un juguete.
A través del documental británico llamado 'Secretos de Muñecas Vivientes', que se realizó sobre estos amantes del disfraz, algunos de ellos revelaron que tiene familias e hijos, y ven esta actividad como un hobby, pues la mayoría de ellos ama una fantasía en la cual llegan gastar más de 8 mil pesos mexicanos en un solo 'outfit'. Buscan vivir y lucir como muñecas infalibles, como un juguete.
Debido al maltrato que estos sujetos sufren, los hombres de diversas edades, razas, gustos y preferencias sexuales prefieren no revelar su identidad.
Uno de ellos aseguró que le gusta vestirse como una muñeca porque "es como ser una bella mujer caminando por la calle, te conviertes en una de las personas 'guapas'. Consigues un montón de atención y atención no es algo que yo haya tenido mucho".
El fotógrafo alemán Peter Czernich, es uno de los mayores defensores de este fetichismo y las defiende a capa y espada: "Deben vestir totalmente enfundadas en látex y tener los rasgos femeninos muy exagerados. Eso incluye senos grandes, cintura de avispa y caderas, muslos y trasero muy acentuados. Una personalidad sumisa, un juguete sexual".
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